Objetivos climáticos peligran si sólo países ricos adoptan autos eléctricos

Miles de ciudades de África, Asia y América Latina podrían seguir utilizando durante décadas furgonetas, autobuses y motocicletas que funcionan con combustibles fósiles.

Vendedores ambulantes ofrecen ropa de segunda mano en una calle del centro de Nairobi, Kenia.
Por Todd Gillespie, Christoph Rauwald y Eric Ombok
02 de agosto, 2021 | 12:02 PM

Bloomberg — El plan de Europa para eliminar los vehículos con motor de combustión ubicó a la región a la vanguardia en cuanto a medidas para la protección del clima.

Pero, si no hay avances en la limpieza de las carreteras de los países más pobres, la medida no será suficiente para mantener el calentamiento global por debajo de los límites peligrosos.

Tomemos a Nairobi como un ejemplo. La flota de vehículos de la capital keniana se duplica cada ocho años y sus aproximadamente 4,5 millones de habitantes dependen para desplazarse de unos taxis-minibus llamados Matatus. Aunque son económicos, tienden a ser modelos antiguos y normalmente funcionan con diésel sucio.

Aunque se pronostica que prácticamente todo el crecimiento de la población mundial de aquí a 2050 tendrá lugar en los países en desarrollo, miles de ciudades de África, Asia y América Latina podrían seguir utilizando durante décadas furgonetas, autobuses y motocicletas que funcionan con combustibles fósiles, dijo Rob de Jong, quien dirige la unidad de movilidad del programa de medio ambiente de las Naciones Unidas. En Kenia, las emisiones de dióxido de carbono prácticamente se han duplicado desde 2005, siendo el sector del transporte el responsable de gran parte del aumento.

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“Si solo llevamos vehículos eléctricos a Estados Unidos, Finlandia y Holanda, no cumpliremos los objetivos del acuerdo climático de París”, afirmó DE Jon en una entrevista telefónica. “Necesitamos que se introduzcan vehículos de bajas emisiones y emisiones cero en países de ingresos bajos y medios”.

La mayoría de los vehículos eléctricos se venden en EE.UU., China y Europa, donde los incentivos de compra respaldados por el Estado y las inversiones en infraestructura de carga facilitan que los clientes abandonen los automóviles de combustión. Sin embargo, en muchos países en desarrollo, el escaso poder adquisitivo del gobierno y la infraestructura irregular suponen obstáculos importantes para hacer el cambio.

La Unión Europea propuso este mes que los Estados miembros dejen de vender automóviles con cualquier tipo de emisiones a más tardar en 2035, una medida que se espera incremente la adopción de vehículos eléctricos y ayude a la región a reducir las emisiones de transporte que se han incrementado en un tercio desde 1990.

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África ha contribuido al 3% de las emisiones de dióxido de carbono desde 1751.dfd

Los países más ricos son responsables de la mayor parte del calentamiento provocado por el hombre, ya que tres cuartas partes de las emisiones industriales se originan en América del Norte, Europa y China, según una investigación de la Universidad de Oxford. África representa solo el 3% del total, pero se espera que su porcentaje aumente rápidamente debido al crecimiento de la población.

Cuando se adoptó el acuerdo climático de París en 2015, los países se comprometieron a mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C (3,6 °F). Los investigadores creen que actualmente se requiere un límite de 1,5 grados para evitar algunas de las consecuencias más catastróficas del cambio climático, lo que ejerce presión sobre Occidente para que también ayude a las naciones más pobres en su búsqueda por controlar las emisiones.

Países como Uganda y Marruecos ya han introducido normas para mejorar la calidad de los cientos de miles de autos usados que se importan desde Occidente cada año. La mayoría de estos vehículos tienen entre 16 y 20 años de uso, lo que significa que la industria ha contribuido a empeorar la contaminación del aire en la región.

Parte del problema es que los fabricantes de automóviles a nivel mundial diseñan sus autos, camionetas y motocicletas para ganarse a clientes adinerados de Occidente, pero ignoran en gran medida las necesidades de los compradores potenciales en los mercados más pobres, explicó de Jong.

“No queremos un Tesla Model S, necesitamos un vehículo urbano pequeño de US$10,000”, dijo. “No queremos una Harley-Davidson o una Vespa; queremos una motocicleta eléctrica de US$1.500 que sea resistente y pueda transportar a tres personas y una cabra”.

Motos eléctricas

Las nuevas empresas locales de vehículos eléctricos están emergiendo en toda África para capitalizar el potencial. La demanda de vehículos que funcionan con baterías ya supera con creces la oferta en países como Ruanda, donde el fabricante de motocicletas Ampersand está ampliando su red de estaciones de intercambio de bicicletas y baterías.

La empresa BYD Co. de China está vendiendo sus camionetas eléctricas en Kenia a través de un distribuidor local que tiene como objetivo importar hasta 100 unidades para finales de año. El productor de electricidad del gobierno de Kenia ha gastado cientos de millones de dólares en atraer energía geotérmica del volcánico Valle del Rift, energía para la red que la startup ARC Ride planea utilizar para cargar su flota de bicitaxis y motos eléctricas.