AMLO se juega la transformación económica de México en los próximos 3 años

El desafío del presidente mexicano será quitarle la camisa de fuerza a la inversión en la segunda mitad del sexenio. El objetivo: reactivarla.

El próximo 1 de septiembre de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador entregará al Congreso de la Unión su Tercer Informe de Gobierno.
30 de agosto, 2021 | 05:05 AM

Ciudad de México — Cuando Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia de México, prometió impulsar la inversión pública y privada como parte de la transformación económica del país. El objetivo: crear empleos, reducir la pobreza, expandir programas sociales y llevar el desarrollo a las regiones históricamente marginadas. A tres años de distancia, en la antesala de su tercer informe de Gobierno, el próximo 1 de septiembre, el proyecto económico del primer Gobierno de izquierda en el país enfrenta el desafío de quitarle la camisa de fuerza a la inversión física.

El objetivo hacia final de sexenio, los tres años restantes, será el de reactivarla. De lo contrario, la promesa de elevar el bienestar de los mexicanos podría no cumplirse, lo que crece la amenaza de cerrar un sexto año de Gobierno con mayor pobreza.

Durante el discurso de toma de protesta ante el Congreso, el 1 de diciembre de 2018, López Obrador se comprometió a que las inversiones nacionales y extranjeras estarían seguras en el país; garantizó Estado de Derecho, reglas claras y crecimiento económico inclusivo para combatir la pobreza.

“Soy hombre de palabra”, dijo desde la tribuna más alta del Pleno de la Cámara de Diputados con la banda presidencial sobre su pecho.

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Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en un evento masivo el 1 de diciembre de 2018 en el Zócalo de la capital, tras tomar protesta en el Congreso de la Unión. (Alejandro Cegarra/Bloomberg)dfd

En la primera mitad de la administración lopezobradorista, el balance arroja una tendencia a la baja de la inversión física pública y privada, pese a que existen grupos de inversionistas que mantienen la confianza para colocar dinero en instrumentos financieros en México.

Antes de la era del COVID-19, que contrajo los flujos de inversión global, AMLO ya había lanzado una política de renegociación y restricción de contratos firmados en administraciones anteriores, principalmente en los sectores energético y farmacéutico.

“Ya no habrá contratos leoninos”. Esta es una de las frases que más ha repetido el presidente para referirse a los acuerdos firmados entre empresarios y gobiernos previo a su llegada, un periodo al que suele llamar “neoliberal”, en el que, sostiene a la fecha, privilegió únicamente a las empresas privadas.

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Reorientar la brújula

Economistas y líderes empresariales entrevistados por Bloomberg Línea coinciden en que el Gobierno está a tiempo de mandar un mensaje que genere confianza y reactive la inversión, principalmente en un contexto de recuperación económica, tras la crisis derivada de la pandemia.

López Obrador planteó que el crecimiento promedio durante el sexenio sería de 4% anual con miras a alcanzar un nivel de 6% hacia 2024; sin embargo, para conseguir ese crecimiento, la inversión que se requiere -de acuerdo con el presidente y el sector privado- debe alcanzar un nivel del 25% del Producto Interno Bruto (PIB).

Hasta ahora no se ha llegado a ese objetivo. Cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que la inversión fija bruta se encuentra en 19,4% del PIB al primer trimestre de 2021; 7,1% corresponde a inversión privada y 2,4% a inversión del sector público.

Ver más: El Paquete Económico 2022, según Rogelio Ramírez de la O

Al excluir 2020, el año del Gran Confinamiento que frenó las inversiones en el mundo, el nivel de inversión como proporción del PIB observado al inicio de 2021 es el más bajo desde el verano de 2003.

Si bien la crisis económica y sanitaria detuvo planes de expansión e inversión de las empresas, antes del gran encierro hubo decisiones que afectaron el ánimo de los inversionistas, como la cancelación del Nuevo Aeropuerto de Texcoco, la primera que desato una oleada de desencuentros entre el Gobierno y el sector privado.

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Inversión: Reglas del juego estables

El economista en jefe de la Cámara de Comercio Americana en México (Amcham, por sus siglas en inglés), Luis Foncerrada, sostiene que “el componente fundamental para poder transformar al país es y ha sido la inversión”.

Señaló que el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rogelio Ramírez de O, tiene el reto de lograr espacio fiscal en el presupuesto de 2022 para etiquetar más recursos a la inversión pública, ya que esa reasignación induciría la reactivación de la inversión privada en la segunda mitad del sexenio.

Ver más: México sí puede crecer 6% en 2021; esta es la forma de hacerlo factible

Para salir del promedio anual de crecimiento de 2% registrado en México en los últimos 30 años, se requiere una inversión total público-privada mínima de 20% del PIB. Solo la inversión pública debería de aumentar a niveles de 4% del PIB hacia 2024, lo cual no está sucediendo.

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“Si se quiere incrementar la inversión privada tiene que haber absoluto respeto al Estado de Derecho, debemos tener reglas del juego estables, no quiere decir que sean permanentes, pero sí estables. El inversionista debe tener certeza jurídica de que su contrato se va a ejecutar y se va a cumplir porque está firmado”, afirmó.

El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), José Medina Mora, indicó que después del desplome de la economía de 8,5% durante 2020, el Gobierno tiene la oportunidad de reactivar la inversión como un elemento crítico de la recuperación económica.

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La clave para atraer nuevas inversiones será generar en la segunda mitad de la administración un clima de negocios que dé confianza y aplicación del Estado de Derecho, dice.

“Cuando vemos que se cambian las reglas del juego a mitad del camino, se disminuye la credibilidad y confianza. El elemento central para que haya inversión es también generar confianza. El Gobierno también puede generar acciones para simplificar trámites y facilitar el comercio exterior”.

El dirigente empresarial consideró que estar a la mitad del sexenio es una oportunidad para revisar las estrategias y apuntalarlas hacia los objetivos sexenales, como el de disminuir la pobreza y que más mexicanos logren un nivel de bienestar.

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Disciplina fiscal y T-MEC, el atractivo

En el concierto global, hay un grupo de inversionistas en activos financieros que no ven las conferencias “mañaneras” del presidente, ni se guían por sus declaraciones. Se trata de agentes en Londres o Nueva York que solo miran los datos duros. En este escenario, la disciplina y estabilidad macroeconómica de México durante los primeros tres años del sexenio resulta bien valorada.

Gabriela Soni, Chief Investment Officer de UBS Asesores México, explica que hay dos tipos de inversionistas; los que invierten de forma física y que son aquellos que deciden poner una planta en el país, y los inversionistas en activos o instrumentos financieros en México.

“Vemos que los inversionistas en activos físicos siguen pidiendo que haya certeza jurídica y mejora en el Estado de Derecho, mientras que el inversionista en activos financieros está positivo en México y están ponderando al país en sus portafolios de inversión cuando nos comparan con mercados emergentes como Brasil, Chile, Perú, Turquía o Hungría”, indicó.

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Soni dijo que los inversionistas en activos financieros están viendo que México ha preservado la estabilidad de las finanzas públicas y que la deuda pública en 2020 aumentó menos que en países emergentes. Además, también consideran que el país mantiene balance primario en las finanzas públicas a pesar de la pandemia.

En su actualización de junio sobre el cierre de las finanzas públicas en 2021, Hacienda mantuvo su proyección de “equilibrio primario” de 0.0 por ciento del PIB, lo que significa que los ingresos presupuestarios serán superiores al gasto público, sin considerar el costo de la deuda.

Además, la dependencia prevé que los ingresos presupuestarios al cierre de 2021 sumen un total de 5,790.7 billones de pesos mexicanos, esto es 251,8 mil millones de pesos más que los previstos en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2021, y también mejoró la perspectiva para la deuda pública a un nivel de 50,8% del PIB, desde uno original de 53,7%.

Soni advirtió, sin embargo, que hacia final del sexenio las finanzas públicas presentan riesgos por el lado del gasto.

“Preocupa que se va a seguir apoyando a Pemex, porque eso le va a costar al Gobierno cerca de 1% del PIB al año, además ha asumido compromisos estructurales vinculados a programas sociales como es la Pensión para adultos mayores. El CIEP estima que el gasto total en pensiones será de 6,5% del PIB en 2024, esto se traduce en menor flexibilidad en materia fiscal”.

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El presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Francisco Cervantes, mencionó que además de la estabilidad macroeconómica, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el crecimiento económico de EE.UU. este año, serán clave para la actividad económica nacional en la segunda mitad del sexenio.

Destacó que el tratado puede impulsar a México en sectores donde ya es líder, como es la industria automotriz, que ocupa el primer lugar en exportación de tractocamiones, cuarto lugar en exportación de vehículos, quinto en exportación de autopartes y sexto en producción.

El próximo 1 de septiembre, el presidente López Obrador dará su mensaje oficial por motivo de su Tercer Informe de Gobierno.

Está en juego la transformación del país, pero hay algunos secretarios en el gabinete o personas que no están entendido esto de la transformación, algunos funcionarios metieron a la licuadora las malas y buenas prácticas. México tiene condiciones logísticas, somos la economía más potente como región, tenemos todas las condiciones”, confió.