Política energética de AMLO frenará ganancias de Pemex en 2022: Moody’s

La apuesta del gobierno de AMLO por la energía fósil reducirá la capacidad de Pemex para enfrentar problemas medio ambientales

El gigante estatal con calificación de bono basura (Ba3 con perspectiva negativa) tiene como principales objetivos aumentar la producción y capacidad de refinación petrolera.
06 de enero, 2022 | 02:02 PM

Ciudad de México — La política energética del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) seguirá frenando las ganancias de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante 2022, advirtió Moody’s.

El gigante estatal con calificación de bono basura (Ba3 con perspectiva negativa) tiene como principales objetivos aumentar la producción y capacidad de refinación petrolera, además de terminar con las exportaciones de crudo para procesar todo el aceite que produce dentro del país.

La calificadora de riesgo crediticio señaló que la apuesta del gobierno mexicano por la energía fósil reducirá la capacidad de la petrolera más endeudada del mundo para enfrentar problemas medio ambientales en un reporte sobre el balance del mercado petrolero.

Pemex, con una deuda financiera de US$113.000 millones, pretende producir 2 millones de barriles diarios de crudo en 2024 y contar con la misma capacidad de refinación de crudo un año antes, gracias a la rehabilitación de sus seis refinerías, la entrada en operación de la refinería de Dos Bocas, la compra de Deer Park en Texas y el uso del complejo petroquímico Cangrejera para producir gasolina.

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En la segunda mitad de 2022, la petrolera mexicana enfrentó dos de los accidentes más graves en su historia dentro de su principal activo petrolero, Ku-Maloob-Zaap, los cuales siguen sin conocerse las causas exactas ni los responsables.

Las compañías nacionales de petróleo (NOCs por sus siglas en inglés) lucharán especialmente con sus roles para garantizar la seguridad energética, independientemente de si tienen fondos suficientes y la presión para pagar dividendos e impuestos a quienes respaldan al gobierno que desconfían de los mayores déficits fiscales y el creciente malestar social, advirtió la analista Nymia Almeida en el reporte.

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“La agenda energética y ambiental que los gobiernos y reguladores impulsen determinarán las estrategias de negocios de las compañías de petróleo y gas y acceso al muy necesario fondeo para crecer y garantizar la seguridad energética”, agregó.

La empresa y la calificadora vivieron en 2021 un tenso episodio. La noche del 27 de julio, Moody’s degradó la calificación de la petrolera mexicana por sus altos niveles de deuda petrolera, menores flujos de efectivo debido a la expansión de su capacidad de producción y refinación de crudo.

Un día después, el CEO de Pemex, Octavio Romero Oropeza calificó la decisión como “vergonzosa” por las contradicciones metodológicas de la agencia complementado por un comunicado, en una de las escasas aclaraciones que ha realizado la compañía sobre su desempeño operativo y financiero desde que comenzó el gobierno de López Obrador.

Riesgo político en América Latina

Los cambios políticos representan un peligro adicional para las empresas de gas y petróleo en América Latina, según la calificadora.

Brasil sopesa la posibilidad de privatizar al jugador estatal que domina al sector de hidrocarburos: Petrobras (Ba1 con perspectiva estable), medida que dependerá de quién gane la elección en octubre.

En el caso de Colombia, el candidato Gustavo Petro ha dicho que reduciría la inversión en exploración y producción petrolera, medida que disminuiría la fuerza de la empresa de control estatal Ecopetrol (Baa3 con perspectiva negativa).

La elección del presidente Pedro Castillo en Perú dejó a las compañías energéticas preocupadas por las decisiones del gobierno sobre aumentar impuestos o elevar las necesidades de capital, especialmente en el proyecto de gas Camisea.

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En Chile, el presidente electo Gabriel Boric pretende acelerar su meta de cero emisiones netas en 2030, lo cual podría aumentar las inversiones del país en proyectos verdes, agregó Moody’s.

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